Las dos rutas programadas se realizaron sin problemas. La primera, la Vereda de la Estrella y la Cuesta de los Presidiarios, hizo honor a su fama, tanto por su espectacularidad y belleza, como por la dureza de la subida. Las vistas de los tresmiles nevados que este camino nos ofrece son extraordinarias.
Por su parte, la ruta de los Cahorros de Monachil supuso un menor esfuerzo, como ya sabíamos. Pero el paraje es sencillamente increible, y su recorrido, muy divertido.
Esta ruta la realizamos además con tres buenos compañeros de Tomesenda con los que nos encontramos.
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