Resulta también que estas actividades además mejoran la autoestima y el ánimo. Dicen, igualmente, que si estos deportes se hacen en grupo, con amigos o familiares, amén de ayudarnos a sociabilizarnos, la segregación de estas curiosas hormonas aumenta todavía más.
Todo son beneficios, pues, con el senderismo: hacemos deporte, fortalecemos el sistema cardiorrespiratorio, el aparato locomotor, y además, poniendo montañas en nuestra vida, somos más felices. Será por eso que cada vez más gente se va introduciendo en este deporte. También será por esa sensación de paz al terminar una ruta, o ese cansancio mezclado con euforia si la exigencia física es mayor.
No podemos describir lo que cada uno siente al poder ver casi hasta el infinito desde una cima, no podemos transmitir esa superación personal cuando la senda se pone exigente, cuando sabes que hay que continuar pese a la dureza, o esa sensación de haber derribado un muro cuando acabas la ruta más dura a la que te has enfrentado. Son cuestiones personales, individuales.
Pero sí podemos ayudarte a experimentarlas, a que las conozcas por tí mismo. En definitiva, podemos ayudarte a ser más feliz.
¡Que las endorfinas os sean propicias!